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9 sept 2010

El 11 - S, quema un sacerdote!

Sí amigos. Y amigas. Esta es mi propuesta para el 11 - S: quema a un sacerdote. Pero no a uno cualquiera. Nononono!

Buscad en las cercanías de vuestra ciudad, pueblo, aldea, barrio o municipio y localizad al émulo local de Terry Jones. Una vez localizado atadlo de pies y manos y amordazadlo. Cuando hayáis conseguido esto llevadlo a un descampado y... que empiece la diversión!

Previamente (aún tenéis dos días) haced un buen aprovisionamiento de Biblias (cualquier versión es buena, hasta la de los Gedeones), Coranes, Torás, Vedas y demás escritos sagrados a vuestro alcance. Amontonad los libros en forma de cono y reservadlo hasta que el religioso en cuestión haya caído.

Una vez tengáis el montículo de papel litúrgico preparado y la ofrenda (es decir, religioso) en vuestro poder, colocad a esta última sobre la primera. Acto seguido acercad una llama a la acumulación de tinta sobre celulosa y apartaos. Que el fuego quema y no queremos daños colaterales.

Y disfrutad. Disfrutad oyendo cómo chilla el energúmeno. Eso sí, para ello es necesario desamordazarlo (¿existe este verbo?) previamente.

Lo triste es que en una hoguera se muere por asfixia y no por la acción directa del fuego carcomiendo y royendo la carne y las entrañas. Que es lo que merecen estos sujetos.

Porque hoy es noticia Terry Jones, un nosequé (pastor, sacerdote, predicador, tontoleches...) que quiere quemar Coranes porque los musulmanes (vulgo "moros") son malos. Y la culpa es del Corán. Con dos pelotas.

Lo lamentable es que este... este... (¿Cómo definirlo? ¿Hombre? ¿Individuo? ¿Sujeto? ¿Ciudadano? ¿Transeúnte?)... esta "criaturita" no es única en el mundo. Hay muchos como él. En todos lados. En todas las religiones. En todas las culturas.

Y son los culpables de lo que tenemos. Porque este club de amigotes nos viene llevando, desde hace siglos, a odios y guerras a su antojo basándose en que su Libro es el Único, su Dios es el Mejor, su Polla es la más Gorda.

Llevan siglos quemando Libros, destruyendo Dioses y cortando Pollas. Cortando nuestras pollas, porque ellos permanecen al resguardo de sus templos y oraciones dictando quién debe morir, cuándo y porqué. Mientras disfrutan de las atenciones, lujos y agasajos que sus fieles les ofrecen.

Como no son personas de pensar, a ninguno de ellos se les ha ocurrido la idea de que puede haber más de un Dios. Tampoco han reflexionado sobre si hay un Dios pero con distintas interpretaciones. Y, por supuesto, no han escuchado las versiones de los demás porque ellos están en lo cierto. Ellos en singular, no como conjunto.

Por no decir que ninguno osa a imaginar que no existe Dios ni los Dioses. En eso sí están de acuerdo. El ateísmo y el agnosticismo debería estar penado (en Irán es delito).

Y es que son un conjunto, por mucho que se lleven a matar. Se llevan a matar pero no se mueren, los muy hijos de mala madre. Con lo bien que esto le vendría al Mundo. Que muriesen todos. Que nos dejasen en paz. Que dejasen que cada uno creyese o descreyese en lo que le dé la real y santísima gana. Real de realidad y santísima de santo.

Están tan infinitamente ciegos, tan borrachos de soberbia que son incapaces de admitir que ellos son el problema. Ellos y sus Pollas, que no sus Libros ni sus Dioses.

Porque sus Libros son libros y sus Dioses son dioses.

Libros escritos por hombres y dioses creados por hombres. Y si existen esos dioses y dictaron esos libros dudo que su deseo fuese que nos matásemos por un quita de ahí esas letras, ese símbolo o ese ídolo.

Si de verdad el dios judeo-cristiano creó el Mundo (según el Génesis) en seis días (al séptimo se tumbó en una butaca con un botellín fresquito, que se lo merecía), me parecería increíble que después de tan Magna Obra (Opus Dei, Obra de Dios, no confundir con la secta católica) dejase que nos diésemos de leches hasta exterminarnos.

Sinceramente, si tengo que aceptar la figura de un Ser Supremo la identifico con un ente con inteligencia. No como estos "defensores" de su palabra, que carecen de ella. De inteligencia, que palabras les sobran.

La religión siempre ha sido, y sigue siendo, fuente de repuestas y de esperanza. Es útil (a algunos). Sirve a muchas personas para encontrar respuestas, para buscar un significado a sus vidas, para afrontar su destino, la muerte.

A lo largo de milenios el ser humano ha intentado hallar respuestas. Y las religiones se erigieron como primera línea de choque frente a este reto.

Algunas de estas líneas perecieron; otras siguen activas y sirven para proteger a muchas personas frente a la duda y la desazón de la razón de ser. Les sirve para explicar y sobrellevar su existencia. ¿Porqué estamos aquí? ¿Para qué?

No tengo respuestas a esas preguntas. Ni siquiera me las planteo. Sólo sé que no estamos aquí para rendir pleitesía a los terryjoneses y sinónimos. Mucho menos para morir por ellos en nombre de algo que ningún dios pronunció.

Y, sin embargo, hay muchos dispuestos a morir y matar por estos terryjoneses.

PD necesaria: Después de leer lo que he escrito aconsejo un plan alternativo (infinitamente mejor al anteriormente planteado) a quien lea esto: pasa de quemar y destruir. En el 11 - S búscate a un musulmán, un judío, un sintoísta, un nicaragüense o a un calagurritano. Y hablad.

Hablad de vuestras distintas religiones, culturas, tradiciones, creencias. Hablad de fútbol, de política o de "lomalquevaelpaís". Hablad.

La incultura y el extremismo ombliguista se cura con conocimiento, no con fuego.

8 sept 2010

Dedicado al Excmo. Ayto. de Vitoria (Gasteiz, para que no se ofenda alguno que otro).

Hoy no es viernes pero casi.

Mañana, 8 de setiembre, es el día de Nra. Sra. de Consolación, Sta. Patrona de Utrera. Y para celebrarlo hay feria. Nada mejor que una acumulación de excesos para conmemorar a una VIRGEN madre de un señor con barbas que decía ser redentor, maestro y salvador.

Dejando aparte filisofadas del todo a cien, eso significa puente tipo Golden Gate. Porque en Utrera se lo montan bien. No como en Catetópolis, donde se organiza "la mejor feria del mundo". Esa feria que los aborígenes no podemos disfrutar. Porque no hay festivos. Con dos cojones.

Pero ahora mismo me la trae a barlovento. Mañana no hay despertador. Eso es lo que cuenta. Al carajo las ferias.

Así que hoy he podido disfrutar de una siesta de almohada y pijama; aunque no lo he hecho. He estado demasiado ocupado intentando resolver serias chorradas en La Buhardilla.

Soy consciente de que el término serias chorradas es inconsistente en sí mismo. Pero todos hemos vivido alguna vez una situación incómoda provocada por una ridiculez. Todos.

En algún momento de nuestras vidas hemos dicho/hecho algo que ha molestado alguien. Sin que lo pretendiésemos. De forma inconsciente, sin maldad, sin motivo, sin neurona ni razonamiento que nos ampare. Simplemente hablar por decir algo. Por no quedarnos callados.

Pero eso no implica inocencia. Y ante la culpa hay que responder con decencia. Eso que escasea tanto hoy día. La decencia y la honradez. El reconocer que te has equivocado. Te cueste lo que te cueste.

Como nuestros políticos, pero a la inversa.

Volvamos al principio. Mañana no hay despertador para mí. Y me he saltado la siesta. Hasta que a las 20:15 me he sentado delante de la tele. Argentina - Brasil.

No lo he hecho antes (debería haber estado ahí a las 20 h) por las anteriormente citadas obligaciones. Y me he arrepentido de las obligaciones. ¡Vaya partido! El mejor que he visto hasta ahora en el Mundial.

Y es de vergüenza que mientras esa panda de bandoleros de dos metros que son los rusos juegan los cuartos de final, Brasil tenga que irse a su casa.

Porque los brasileños juegan a baloncesto. Los rusos no. Y no vale la excusa de la ausencia de Kirilenko o Khryappa. Quien más y quien menos tiene importantes faltas en sus equipos.

No me extraña que Blatt se vaya pasado mañana. Con esa zahúrda que tiene que dominar es imposible entrenar. Por mucho potencial que tengan, y siempre tendrán, los rusos. No saben jugar a baloncesto.

Pero quien sabe jugar es Luis Scola. Sobran los adjetivos. Porque es él quien los pone. En la pista, donde hay que hacerlo.

Y aquí mi llamamiento a sus señorías (o como coño tengan el gusto de denominarse) concejales de Vitoria: rotulen una calle de su ciudad con el nombre de este argentino que militó durante cinco años en el TAU. Porque se lo merece.

Y porque seguro que en Vitoria hay, como en cualquier ciudad española, calles dedicadas a politicuchos de medio pelo, aristócratas indeseables, religiosos de cuarta fila y médicos locales mediocres que no merecen tal distinción.

Resérvenle una calle a Luis Scola. Pero una calle importante. Nada de nueva urbanización a las afueras. Seguro que hay alguna calle céntrica que lo merece. Y más de dos.

Si hay tres calles así tengan en cueta a Pablo Prigioni y Tiago Splitter.

Y reserven otra para Marcelinho. De apellido Huertas.

2 sept 2010

El insulto como razonamiento.

Publicaba hoy la edición digital de Diario de Sevilla que Stephen Hawking ha descartado la posibilidad de que dios crease el Universo.

Sí dios, porque quién coño es Dios. ¿A qué dios le otorgamos el título de Dios?

Y digo Universo y dios porque sólo hay un universo y una, sin embargo, infinita cantidad de dioses. Cantidad más infinita que su poder, benevolencia, magnificencia, sabiduría, ubicuidad, ira, lujuria y capacidad para tocar las gaitas. Infinito omega.

Al menos de momento.

Que lo mismo mañana nos levantamos con la noticia de que han descubierto un supercúmulo de enanas blanquiverdes lideradas por Donmanué que conforman un universo para-lelos. O algo similar.

Pero volviendo a Hawking, mejor dicho a sus declaraciones, me sorprende (realmente no me sorprende, me cabrea) que haya personas (si es que se les puede denominar personas) que ante tal afirmación se sientan ofendidas.

Tan ofendidas que (leed los comentarios a la noticia) lleguen al cristiano extremo de asegurar que Stephen Hawking no cree en dios porque es un pobre deforme amargado por su enfermedad.

Lo expresan con otras palabras pero con el mismo fondo.

La misma mierda pero de otro perro. De piadoso perro cristiano temeroso de su creador. De ese creador que les otorgó diez mandamientos para que ellos se los pasasen por el forro cuando quisiesen.

Pero que nadie les toque sus mandamientos. Que nadie los critique. Que nadie los ponga en duda. Eso sólo lo pueden hacer ellos. Los elegidos.

Quien ponga en duda su fe merece morir mil veces mil veces entre vastos sufrimientos y agonía.

Porque ellos tienen la razón. Ellos lo saben todo. Porque se lo ha dicho su dios. Ellos están en posesión de LA VERDAD.

Igual que a los judíos su dios les reveló LA VERDAD; como a los musulmanes.

Y a los hindúes se la otorgó su panteón trinitario.

Como a los griegos, romanos, egipcios, nórdicos, mayas, aztecas y demás pueblos que a falta de un dios tenían una talega llena de ellos. Un surtido Cuétara de divinidades donde elegir al superpoderoso ser que mejor te cayese para rezarle y ofrecerle sacrificios: lo mismo degollar una cabra albina que dejar de tocártela los días de luna llena.

Una pantomima, al fin y al cabo, que ha servido (y aún sigue sirviendo) para quitarse de enmedio al que no piensa igual que tú. Sin escuchar sus planteamientos, sin atender a razones.

Si no crees en mi dios está contra mí.

Y lo peor es que, lamentablemente, pocos creyentes (de cualquier doctrina, dogma o fe) creen verdaderamente. Sólo siguen las pautas que les han impuesto. Sin pensarlas, sin razonarlas, sin planteárselas. Son autómatas que actúan pavlovianamente. La campana es un estímulo positivo. Lo que no sea campana es un ataque a su integridad.

Curiosamente nadie les ataca (vale sí, hay energúmenos de su ralea en el bando contrario, pero no es el caso de S. Hawking) pero ellos responden como si hubiesen apuñalado a su madre.

Y no dudan al asegurar que Hawking tiene lo que se merece. Por no creer en su dios. Por negarle la existencia. Por negarle la creación del mundo. Por negarles a ellos su fe.

Una fe que se sostiene en la opinión y la aprobación de los demás. Una fe triste y analfabeta. Una fe de borrego rebañil. Una fe de "la unión hace la fuerza" y "juntos venceremos". Una fe de masas y de pertenencia al grupo. Una fe inquebrantable, incuestionable y de obediencia ciega al líder.

Que piense el líder por mí. Yo no lo voy a hacer. Porque pensar es un trabajo extra. Prefiero que me digan qué tengo que pensar, decir o hacer a plantearme cualquier cuestión que me pueda luxar una neurona o quebrar una sinapsis.

Y cuando alguien diga que mi líder, ése que habla por boca de mi creador (que es el tuyo, aunque tú irás al infierno cuando fallezcas, por impío), está equivocado, lo mataré. O le insultaré. O lo boicoteré. Me manifestaré a la puerta de su casa o de su trabajo para joderle.

Y perseguiré a su familia para hacerles la vida imposible. A sus amigos también. Porque soy un soldado de dios y tengo que velar por LA VERDAD.

Y no me vengas con razones porque no las hay. Punto.

Tus razones son mierda. Tus conclusiones son mierda. Tus planteamientos son mierda y tú eres la mayor mierda.

Sólo existe mi "fe" y nada más. Y no necesito justificarla con palabras. Porque tú eres un deforme de mierda y yo soy un creyente en el único dios.

No necesito argumentos frente a una mierda que no cree en mi dios único y verdadero. Porque me lo ha dicho mi dios. El dios de verdad.

Y tú eres una mierda por no creer en él. Y te mereces todos los males que tienes y los que te vendrán. Lisiado de mierda.

Eso es lo que tenemos, el insulto como argumento. Porque cuando alguien nos lleva la contraria nos sentimos atacados. Y ante la falta de argumentos y razón insultamos. Es más sencillo. Pensar cuesta. Es mejor creer ciegamente.

PD: Como cantaba Ian Anderson:

"If Jesus saves,
Oh well he better saves himself,
from the gory glory seekers,
Who use His name in Death,
Oh Jesus save me!"

Y hay mucho más en el Aqualung.